TRADICIONES.  EL CARNAVAL

Año 2009

Año  2006

Año  2005

Año  2004

Año  2003

Año 2002

 

 

 

 

EL CARNAVAL

   Todos los años, en el mes de Febrero se celebra el carnaval. Poco a poco la gente se va animando y cada vez se ven más disfraces, aunque todavía siguen siendo minoría. Se hace  el paseíllo por las calles y posteriormente se celebra el habitual concurso en el que el jurado se las ve y se las desea para elegir a los ganadores. 

Es esta una de las celebraciones tradicionales, donde se han perdido diversas costumbres, entre ellas "el juego del cantarillo", diversos cantares populares como el de ”la culebra en el castillo”, y los bailes de matiné que eran amenizados por la popular orquesta ”la Perra Negra” y posteriormente por los hermanos Batalla.

En un principio, allá por el año 1950 aproximadamente, los carnavales se celebraban por todo lo alto; sin embargo el interés por esta celebración ha ido perdiéndose con el paso del tiempo.

Las tradiciones dichas anteriormente se realizaban de la siguiente manera:

Los cantares como el "Redoble", "La culebra en el castillo" entre otras, eran cantados por mozos y mozas por las calles y carreteras del pueblo.

LA CULEBRA EN EL CASTILLO

Ya se murió la culebra

La que estaba en el castillo

La que echaba por la boca

Rosas, claveles y lirios.....

EL REDOBLE

Redoble, redoble,

Vuelve a redoblar

Con ese redoble

Me vas a matar

Me vas a matar

Me voy a morir

Con ese redoble

Vuelvo a repetir

Las de la calle Calero...

El domingo de carnaval, llamado también "domingo gordo", se tenía por tradición que los novios llevaran a las novias por primera vez, a su casa a comer el plato típico de estas fechas que era "coles con buche" (¡Buena presa para repetir!).

Durante los días de carnaval, la gente se reunía en la plaza del pueblo para jugar al tradicional y popular "juego del cantarillo". Este juego consistía en lanzar el cántaro de barro de unos a otros, colocados éstos en circulo; había que evitar que dicho cántaro se cayera al suelo, ya que si esto ocurría, el culpable quedaría eliminado.

Los bailes y matiné, como decíamos anteriormente, eran muy tradicionales en estas fiestas. Por las mañanas, el gran matiné era amenizado por "Los Mónicos" y por la noche se celebraba el gran baile de "La Perra Negra".

En Carnaval los hombres no tenían costumbre de llevar indumentaria regional, sin embargo las mujeres lucían una gran indumentaria femenina, que constaba de: sayas o refajos de paño de diferentes colores (granates, amarillos, verdes... algunos de estos bordados con motivos florales; faltriquera de pana o paño, ricamente bordada, picada y con trozos de sobrepaño de diversos colores; jubón de terciopelo o paño aterciopelado, con puntillas en el cuello y en las bocamangas; camisa de lino; esclavina de paño o bayeta que, a veces, se sustituye por los llamados pañuelos de merino o de cien colores; enaguas de lino, también con diversos bordados, picados y calados; medias blancas o azules, bordadas y caladas; zapatillas negras, con bordados de flores; zapatos acharolados; pañuelo a la cabeza,, muy galano y otras veces cintas de terciopelo en el moño y peineta de nácar. Todo esto se complementa con ricas joyas, como la gargantilla de cruz de penderique,, y los pendientes de reloj o de orden liso.

Los típicos dulces de estas fiestas son: los fritos borrachos, las roscas de sartén,. las emborracas, las empanadas, que eran elaboradas en casa unos días antes de comenzar el carnaval, (ésta es una de las tradiciones que aún se mantienen)

El martes de Carnaval se ha venido celebrando el entierro de la sardina, aunque el día correcto es el miércoles. Este acontecimiento consiste en ir andando hasta el merendero, situado junto a la capilla de San Cristóbal, y una vez allí la gente degusta las sardinas asadas y bebe la sangría, preparados unas horas antes para esta celebración. Hace unos años, la gente se vestía de luto para llorarle con gran amargura y con el más sentido pésame a nuestra amiga sardina; después era llevada hasta su tumba en una caja, hecha por la gente del pueblo para enterrarla.

ENTIERRO DE LA SARDINA

Cuando el Carnaval casi termina, se le despide llorando de pena. Viudas rigurosamente vestidas de negro, viudos desconsolados por la muerte anual del Carnaval, curas, monjas, obispos, cardenales y hasta “papas”, se arrastren por los suelos bañados en lágrimas por la despedida de un concepto de libertad que ha reinado en los pueblos tolerantes durante su tiempo de Carnaval.

El Entierro de la Sardina es, probablemente, el espectáculo más irreverente y desenfadado de todo el Carnaval. El Entierro de la Sardina anuncia el fin de la fiesta libertina, del ligue clandestino, y la llegada de la cuaresma, tiempo de reflexión religiosa y espiritual.

La Sardina marca la frontera, los límites entre la anárquica locura del Carnaval y la seriedad. La Sardina marca la vuelta al orden cotidiano y despide el atrevimiento de los pueblos que, al momento, vuelven a sus quehaceres habituales después de haber disfrutado. Cuando la Sardina arde en llamas, se desata un clamor de dolor por su pérdida. Por la pérdida de una Sardina que simboliza el espíritu del Carnaval.

El Carnaval , deliberadamente desordenado y confuso es, a la par que agitación festiva hasta el delirio, orden ciudadano cuidado hasta el extremo. En Carnaval no hay violencia que valga. No hay enfrentamiento ni discusión. Todo el mundo admite que en Carnaval la diosa es la broma, el chiste y la irrespetuosidad. Y como todo el pueblo es consciente de ello, nunca pasa nada. Porque todos encajamos con resignación la burla a que nos someten los demás, quienes, a su vez, se ven sometidos por la de otros.