LAS HUELLAS DE NUESTRO PASADO
Las pinturas rupestres del Buraco y los Dólmenes
indican que Santiago
de Alcántara estuvo habitado desde la Prehistoria.
LA NECRÓPOLIS DE DÓLMENES DE SANTIAGO DE ALCÁNTARA
La imaginación popular ha rodeado estos monumentos de
infinidad de
leyendas referidas a gigantes, brujas, cíclopes, demonios y otros seres
míticos. En la Edad Media, la iglesia luchó contra tales creencias y
al lado de algunos de estos edificios se levantaron ermitas y altares.
Empezaremos diciendo que un
dolmen, es una tumba formada por grandes bloques de piedra (Ortostatos)
hincadas verticalmente en el suelo, formando una cámara funeraria de
planta más
o menos oval o circular. Esta cámara, se cubría con otro gran bloque
de piedra; a su vez todo el monumento se tapaba con tierra
formando un túmulo.
Según los arqueólogos, los dólmenes de Santiago fueron
construidos hacia el año 3.000 a. C., o en todo caso hacia la
primera mitad del III milenio (finales del Neolítico-Calcolítico).
Se localizan en la cota de
los 300 metros, junto a dos cursos de
agua -el
río Tajo y el regato Aurela- al pie de la Sierra de Santiago de
540 metros.
El entorno natural donde se levantaron estos dólmenes era
muy semejante al actual aunque más boscoso, con encinas y alcornoques principalmente, dehesas de pastos y matorral (brezo,
jara, cantueso, tomillo, etc.). La presencia de árboles que no vemos hoy, como alisos y avellanos, nos
indican
la existencia de un
clima más templado y húmedo que el que tenemos ahora.
Los dólmenes
de Santiago, son de pequeño tamaño (de 1'50 m a o'6o m) pero repiten
el modelo arquitectónico, es decir, son una copia en miniatura, de
otros mucho mayores que podemos ver en otras zonas de Extremadura (Lácara
y Valencia de Alcántara...), la Meseta, el País Vasco, Andalucía,
Portugal, y otras zonas de Europa. Dólmenes de pequeño tamaño similares a los de nuestro
pueblo podemos verlos en Herrera, Cedillo, Alcántara, Garrovillas,
y Portugal (Nisa, Castelo de Vide, Marvao...).
En Santiago
encontramos dos tipos de dólmenes:
1. -
De cámara simple en Baldío Gitano, era de La Laguna y Valle Pepino.
2. -
De cámara con corredor largo en La Agapita, era de La Laguna, Gorrón Blanco,
Baldío Gitano y Baldío Morchón. Como su propio nombre indica estos
dólmenes tienen además de la cámara funeraria un pasillo o corredor
formado por bloques de piedras de menor tamaño, de medio metro o menos.
El material utilizado para la construcción de estos monumentos es la pizarra, muy
abundante en la zona junto con el cuarzo y el granito.
Los
hombres que construyeron estos dólmenes vivían de la agricultura (cultivaban
cereales) y principalmente de la ganadería (cabras y ovejas). Con toda
seguridad seguían practicando la caza, como se hace hoy en todo el término de
Santiago de Alcántara.
No se
han descubierto restos de poblados asociados a los dólmenes, debido
probablemente a que vivían en campamentos itinerantes por su condición de
pastores.
Fabricaban
objetos de cerámica a mano, pues desconocían el torno de alfarero, y útiles
de piedra como hachas, azuelas (instrumento para trabajar y cortar la
madera), lascas,... tallados en sílex y cuarcita. Algunos de estos útiles
eran pulimentados para mejorar el corte del filo.
Usos del espacio
funerario.
Se desconocen
las creencias religiosas de los primitivos pobladores de Santiago de Alcántara,
pero la existencia de los dólmenes nos indica que practicaban un culto a los muertos.
Se sabe que los grandes megalitos se utilizaban como sepulcros
colectivos.
Los pequeños dólmenes de Santiago, debido al escaso espacio del interior de las cámaras, se
utilizarían bien como osarios o para enterramientos individuales.
Probablemente los cadáveres
o huesos se depositaban en estos
dólmenes levantando la cubierta superior de la cámara, pues es lógico
pensar, que nadie por pequeño que fuese, entraría por un corredor que mide
menos de medio metro de altura. El corredor en este último caso, serviría,
para señalizar la situación del monumento.
Ritual funerario.
Nuestros antepasados
enterraban a los muertos con un ajuar funerario, es decir, con objetos de uso
personal o de uso cotidiano. El ajuar recuperado en los dólmenes de Santiago
es muy escaso, está compuesto por vasos de cerámica, hojas de sílex, lascas de cuarzo blanco, hachas de
pizarra, de diorita y de esquisto, y por
una azuela de pizarra. Todas estas piezas habían sido utilizadas anteriormente
pues los útiles presentan mellas en el filo. Algunos de estos objetos podemos
verlos en el Museo Arqueológico de Cáceres.
El ajuar
con mayor número de piezas apareció en el dolmen de corredor de Baldío Gitano.
Este dolmen presentaba una característica muy interesante, se trata de un tipo
de decoración a base de "hoyitos" (llamados cazoletas)
horadados en el ortostato de cabecera de la cámara. Desconocemos su significado,
pero evidentemente señalan el lugar que consideraban más importante dentro
del recinto funerario; en otros dólmenes el ortostato de cabecera se
decoraba con pinturas o grabados. También se encontró, entre el corredor y
la cámara, sobre un lecho de cenizas, una laja de pizarra con una cazoleta.
Todos los dólmenes de Santiago están orientados hacia el este.
Tradicionalmente,
se decía que los dólmenes de pequeño tamaño y una sola cámara
eran el origen de la arquitectura megalítica. Actualmente no se tiene la
absoluta certeza de que los dólmenes más simples y pequeños sean también los
más antiguos. Posiblemente coexistieron formas y tamaños diversos como podemos comprobar en toda
Extremadura, incluyendo Santiago y los pueblos circundantes.
El tamaño
de los dólmenes indica quizás diferencias territoriales, sociales o económicas entre los grupos de constructores. En este
sentido, la construcción
de grandes dólmenes
sólo es posible dentro de grupos numerosos, bien organizados y en colaboración
con otros, en cambio los dólmenes pequeños no requieren un gran esfuerzo ni
mucha gente para construirlos.
Los dólmenes
extremeños presentan unas características comunes: suelen ubicarse cerca de
cursos de agua, dentro de áreas geográficas hoy adehesadas, de clara vocación
pastoril en puntos elevados del terreno pero no dominantes como
para ser bien vistos,
y cerca de afloramientos de piedras graníticas o pizarrosas que se utilizaron
como canteras. Estos elementos parecen indicar que los dólmenes podían haber sido
utilizados como marcadores territoriales de comunidades diferentes. Es posible, que guarden una
relación con puntos de interés estratégico en
el terreno, a través de los cuales se controlará el paso de hombres y ganado de
unas zonas a otras. Serían el elemento visible utilizado por las comunidades
humanas que aquí vivían para controlar los accesos y salidas del territorio.
El estado de conservación de los dólmenes de
Santiago.
Algunos dólmenes están muy destruidos
porque
la mayoría están en tierras
de labor y las piedras fueron movidas por los arados o bien se levantaron
encima de ellos postes de la luz. A todos les falta la cubierta superior y algunos,
desgraciadamente, parecen haber sido saqueados.
Desde esta página se pide, que se respeten y cuiden estos
monumentos. Tenemos que despertar el interés en su conservación, pues forman
parte de nuestro pasado y son el testimonio de las creencias y el trabajo de
otros hombres que vivieron aquí mucho antes que nosotros, hace miles de años.
Os recomiendo que visitéis los dólmenes. Se están trazando
rutas y señalizando los lugares donde se encuentran. A medida que se vaya
consolidando esta información, irá apareciendo en estas páginas.
RUTA: LAGUNITA
I II Y III
Se
llega por la carretera de Santiago a Valencia de Alcántara y la entrada, muy
bien señalizada, está a la altura del Km. 5,300. (Ver las fotos). Una vez en
el camino, no hay pérdida porque están muy bien señalizados.
Consejos
para
los interesados en visitar dólmenes:
Conseguir información previa en el ayuntamiento o a través de otras personas.
La información
debe ser lo más detallada posible, no debemos olvidar que están en pleno
campo. El contenido de la información debe incluir la descripción de caminos
y orientación de los mismos, nombre y situación de las fincas, distancia,
elementos del paisaje que sirvan de referencia, etc.
Hay que estar preparado para
caminar, por caminos de tierra,
callejas con matorrales, o campo a través; en ocasiones hay que saltar
alambradas o paredes, subir pequeñas colinas, etc.
¡El esfuerzo merece la
pena!